Dejamos atras Ladakh y Cachemira, uno de nuestros puntos fuertes del
viaje. Aqui hemos tenido que sacar lo mejor de nosotros, nos han exigido
al maximo. Ha sido una dura prueba a nuestra condicion fisica, ya que
nunca
antes habiamos rodado por estas alturas, prueba que tambien hemos
superado. Fuertes pendientes, altura, falta de oxigeno, polvo...ese ha
sido el precio que hemos tenido que pagar para disfrutar de una de las
zonas mas bonitas, salvajes y espectaculares que hayamos visitado. Nos
vamos con una muy buena impresion tambien de su gente, sobre todo de los
ladakhis, siempre sonrientes, amistosos y humildes. Tambien de los
cachemires, aunque son gentes curtidas en mil batallas, con mas sangre y
mas orgullo. Ladakh y Cachemira, dos culturas bien diferenciadas, que
nos han echo disfrutar de los mejores momentos del viaje

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